Detrás: Suso, Borghini, Pereirinha, Fabi, Portela, Alex, Pablo Delante: Teo, Gonzalo, Martín, Niki, Nicolás y Manu García |
Que lo de Atios no iba a ser un paseo triunfal para los de
Suso es algo que muchos preveíamos. El
míster había decidido contar con todos los veteranos y, como queriendo dar a
entender que era hora de ponerse el mono de trabajo, abandonó el traje de gala
y los hizo saltar al pasto con una indumentaria celeste muy diferente a la
habitual. La mañana no iba a estar para demasiadas florituras y los de Tui
aparecieron arremangados y dispuestos a una dura batalla. Lo que no esperaban,
ni ellos ni nadie, es que las dificultades llegarían por donde vinieron.
Así estaban las cosas el sábado al mediodía. |
Como en una película coral donde todos los actores reclaman
su cuota de protagonismo, los elementos extradeportivos parecieron conjurarse
para abocar al Tyde a una inesperada derrota. De manera repentina, todo se alió
con los de Atios para que consiguiesen su primer objetivo de la mañana:
marcharse al descanso con la portería a cero. Mientras, los pequeños del Tyde
se afanaban por luchar con unos enemigos inauditos: un incómodo sol que asomaba
tras la neblina matinal porriñesa, un poste izquierdo con excesivas ganas de
balón y, sobre todo, un colegiado errático y falto de criterio que pareció
empeñado en desconcentrar a los colchoneros con cada una de sus decisiones.
A pesar de ello, hay demasiado fútbol en las botas de los
arraianos como para que esta coyuntura les hiciese perder la cara al encuentro.
Con Alex de director de orquesta y asumiendo con madurez las desfavorables
circunstancias, consiguieron trenzar media docena de jugadas que dieron a
entender que había un equipo sobre el sintético más preocupado por jugar bien
al balompié que por llevarse la victoria a toda costa. Los rojillos, mientras,
no llegaron a hacer acto de presencia en ninguna ocasión por los dominios de
Teo. Pero tampoco en la otra área, Pereirinha y Fabi, pese a todo su
virtuosismo, acertaban a encontrar el camino del gol. Y con lo que sí se
encontraron fue con otro aspirante a protagonista del encuentro. Los porteros,
ya se sabe, también juegan. Todas las ocasiones que no desbarató el mal fario,
fueron despejadas por los guantes del pequeño guardamallas atiense.
La euforia estaba justificada |
Y es que, por si fueran pocas adversidades las sufridas
hasta el momento, la mala fortuna quiso que, tras una jugada fortuita, un balón
envenenado permitiese al rival llegar por vez primera a las inmediaciones del
área tudense. Única llegada de la mañana y gol. Un tanto que no sólo los ponía
con el marcador en contra por vez primera en la temporada, sino que los dejó
con una atolondrada sensación de impotencia durante unos minutos que se
hicieron eternos. De repente, todo jugaba a favor del Atios. Los rojos,
crecidos, se instalaron en campo contrario y asestaron un par de nuevas batidas
sobre la portería de Teo. Pero por fortuna, los palos del Tyde también están
perfectamente cubiertos.
El tercer tiempo también es reglamentario |
A partir de ahí, el Tyde, volvió a ser el de siempre y el
único enemigo que parecía interponerse en su camino a la victoria era el
cronómetro. Faltaban pocos minutos para el final cuando, tras una internada por
la banda derecha, Manu García colocó el balón en el área pequeña para que su
tocayo Portela empujase el balón a las mallas, poniendo así las cosas en su
sitio:1-2 y toda la presión para el Mos.
La mañana ya no daba para más, cuando alguien decidió
reclamar para sí el tan disputado protagonismo del partido. En una jugada que
parecía intrascendente, a Manu Portela le cayó el balón a los pies. El rubio
levantó la cabeza, hizo un guiño pidiendo a la orquesta que empezase la música,
se cosió el esférico a la zurda y comenzó a danzar un espectacular Fox-Trot que
dejó aturdidos a todos los defensas rojos que se atrevieron a ser su pareja de
baile. Lo que más asusta de este chaval es que no nos recuerda a ningún jugador
en particular. Señal de que lo suyo es innato. El descosido que armó fue
monumental pero, por desgracia, el sábado no estaba dispuesto a regalarnos más
goles.
En definitiva, victoria peleada que convertirá las uvas de
este año en las más dulces de los últimos tiempos.